12 de julio de 2006

*BOGABANTE


No parece muy recomendable comer el bogavante de esta receta. Más que nada porque esa b le añade una extremidad más, que a su vez sugiere alguna manipulación genética o el resultado de una mutación originada por una nube tóxica o una radiación nuclear o algo de ese tipo.

Bogavante, con b al principio y v en el medio, es una palabra sin ningún misterio ortográfico ni etimológico. Viene de «bogar» y «avante», es decir, de 'remar hacia adelante'. Ahora conocemos con ese nombre exclusivamente a los sabrosos crustáceos similares al de la fotografía. Pero el bicho se llama así por su semejanza con el galeote que remaba en primera fila de la nave.

En el capítulo final de las Aventuras del Bachiller Trapaza, de Castillo Solórzano (1637), el pícaro protagonista se hace pasar por un caballero. Descubierto el engaño, cuenta el autor: «Lleváronle a la cárcel, embargáronle cuanto tenía, y, sustanciado el proceso dentro de quince días, fue condenado a doscientos azotes y seis años de galeras. [...] Notificósele la sentencia, consintió en ella, fue rapado a fuer de bogavante galeote y puesto en el rancho de los tales».

A veces se echa en falta que no condenen a galeras a quienes escriben cosas como bogabante.