En su sentido temporal, la preposición «tras» indica posterioridad. La acción relejada por el sustantivo o el verbo a la que acompaña es anterior a otra acción que se menciona: «Tras llegar al aeropuerto, tomó un taxi», «la reunión se celebrará tras el desayuno». «Tras» equivale, por tanto, a «después de». No habría necesidad de aclararlo si no fuera porque de un tiempo a esta parte van creciendo algunos usos desviados de la preposición, especialmente en el ámbito informativo. Hoy se encuentran por doquier titulares de noticias del tipo «fallece una persona tras ser arrollada por el tren» o «muere tras recibir un disparo y una puñalada», donde todo hace suponer que los óbitos se produjeron en el acto y no tiempo después de las respectivas agresiones. Sería preferible decir «al ser arrollada», «al recibir». Pero si discutible parece el empleo de ese nuevo «tras» de simultaneidad, menos justificado resulta cuando la preposición adquiere un valor causal. Con frecuencia tendemos a confundir el encadenamiento temporal de dos sucesos con las relaciones de causa-efecto entre uno y otro. Es la vieja falacia del «post hoc, ergo propter hoc» (después de esto, luego a causa de esto) que nos hace percibir el trueno como consecuencia del rayo. Al decir «más de doscientos niños permanecen ingresados en China tras ingerir aceite de mala calidad» (y no «por ingerir») o «Wall Street sube un 3% tras anunciarse el plan de rescate» (y no «por efecto de» o «a consecuencia de» o «gracias al anuncio»), las relaciones temporales quedan en segundo plano para dejar paso a las causales. Un uso cuando menos inapropiado.
Publicado en el suplemento cultural 'Territorios' de El Correo, 18.10.08.
Publicado en el suplemento cultural 'Territorios' de El Correo, 18.10.08.